Fanático del animé, este generador de contenidos en el equipo central de Comunicación Estratégica de la Fundación para la Superación de la Pobreza se identifica absolutamente con los valores que promueve Naruto Uzumaki, el mítico ninja japonés y protagonista de la serie emblemática de fines de los 90: “ Me inspira mucho este personaje porque marcó mi infancia, demostrándome que con voluntad, trabajo duro y perseverancia uno es capaz de superar los límites que creía imposibles”, comenta,  y agrega que ”también me conmueven  los animales y las personas que concretan sus ideas, haciendo realidad sus sueños”.

Y cuenta que en su tiempo libre se entretiene jugando videojuegos, sobre todo aquellos donde los relatos son más profundos y trabajados: “Me agrada ver cómo se van comunicando los distintos lenguajes y formas al instante de transmitir historias”, enfatiza. 

Si a gustos musicales se refiere, es seguidor del jazz nipón y del rock pop de los 80 y 90… Mientras –a la hora de leer– prefiere títulos como “Un verdor terrible” de Benjamín Labatut, “Los detectives salvajes” de Roberto Bolaño y “La oficina de los gatos y otros cuentos” de Kenji Miyazawa. 

CON BIOBÍO EN EL CORAZÓN

Amante de la naturaleza, recuerda con mucho cariño su ida a las playas de Cocholgüe, donde retorna de vez en cuando a visitar a amistades y también la época en que vivió en la Provincia de Arauco y pudo apreciar la belleza de la Cordillera de Nahuelbuta, quedando pendiente a incluir en su bitácora de recorrido destinos como Santa Bárbara y Alto Biobío. 

Casi al salir de la universidad y durante el primer semestre de 2018, este periodista inquieto, optó por irse de intercambio a la Universidad de Jyväskylä en Finlandia, aprovechando así la oportunidad para viajar y empaparse de nuevas culturas: “Esta experiencia me permitió entender diversos procesos y también cultivar la calma”, sostiene.

Vivencias que lo hicieron crecer profesional y personalmente, al igual que su paso por el diario El Sur: “Escribir ahí y teniendo como maestro al gran Sebastián Grant, me enseñó muchísimo al igual que relacionarme con reporteros de la vieja escuela”, enfatiza.

VISIBILIZAR PARA AVANZAR

Sin embargo y a poco andar, Christopher encontró su norte para desenvolverse como periodista y aportar a la sociedad en ámbitos ligados al desarrollo territorial, la sustentabilidad, la cultura y la gestión patrimonial: “Durante la pandemia participé en Servicio País, programa de la Fundación para la Superación de la Pobreza que me permitió acercar a las comunidades y organizaciones de diferentes territorios con las oportunidades (…). En el caso concreto de Lebu, como equipo nos tocó levantar una serie de fondos de ayuda y también visibilizar y comunicar la labor de distintas personas y agrupaciones como, por ejemplo, emprendedores locales, artesanos y recicladores de base”, dice, y añade que “esta experiencia fue útil para avanzar profesionalmente y también para generar grandes amigos”. 

APORTANDO A LA REGIÓN

Por lo mismo, no es raro que haya decidido participar en el Programa RedBíos UDD: “Este tema me fue interesando cada día más, viendo ejemplos concretos de diversas acciones tanto a nivel internacional como de país y observando la urgencia de implementar procesos sustentables en todo el mundo, por lo que ante la posibilidad de profundizar en esta materia no lo dudé, ya que quería comprenderla desde variados ángulos”, precisa el actual gestor de contenidos de la Fundación para la Superación de la Pobreza. 

Y define lo que es para él un Agente de Cambio: “Alguien que puede influir de manera positiva en individuos o grupos humanos, con el objetivo de revitalizarlos y fortalecerlos para que así tengan herramientas suficientes para responder a las injusticias y complejidades del entorno”.

Para marcar la diferencia, Christopher afirma que “es esencial el trabajo comunitario, reforzando el rol de los voluntariados desde todas las aristas, y generando alianzas con universidades y la sociedad civil para beneficiar positivamente a las diferentes comunidades, mejorando sus oportunidades de desarrollo y fortaleciendo sus capacidades”.

EL FUTURO EN MANOS DE TODOS

Para materializar la meta de la región del Biobío de transformarse en referente nacional de desarrollo sostenible, este periodista aconseja construir el camino en base a cimientos sólidos, amplificando y visibilizando lo que se  está produciendo en áreas como  artes escénicas, musicales y de patrimonio cultural, otorgándoles mayor soporte y recursos; también apostando con criterio por las energías renovables como la mareomotriz o eólica y vigorizando las redes de reciclaje regionales y el manejo de residuos sólidos.  “Creo que la problemática más profunda, y que constantemente me genera ruido, tiene relación con las industrias forestal y pesquera. En ambas existe poco control de su extracción lo que, sin duda, debe reducirse y regularse paulatinamente en las próximas décadas”, recomienda. 

Y para el 2050 revela sus aspiraciones, “espero que Biobío sea en esos años una región más coherente con su historia, que respete los límites y territorios de sus pueblos originarios y los revalorice; que la industria forestal sea reducida en gran medida o suprimida por completo y que exista un mayor control en la pesca por medio de una legislación a la altura del país; que las ciudades con conexión al mar conversen con éste y potencien sus atributos particulares de manera sostenible y que las urbes sean más equilibradas y revaloricen sus propios recursos naturales por sobre la industria tradicional de forma de fomentar desde ahí sus riquezas”.