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“Potenciar las políticas de hambre cero o producción y consumo responsable es de suma urgencia”

El cocinero ha desarrollado un interesante trabajo revalorizando el patrimonio alimentario de zonas como Alto Biobío. Desde ahí, analiza el presente de la región y propone un futuro donde la seguridad alimentaria sea prioridad.

La cocina puede ser motor de equidad y Gino Benedetti lo sabe. Su trabajo lo llevó a realizar talleres como cocinero en 2016 con las comunidades pehuenches de Alto Biobío y ahí encontró una realidad que lejos de decepcionar, lo motivó a hacer un cambio. “Se trataba de unos cursos de Sence donde lo que yo debía enseñar no tenía ninguna pertinencia con el territorio. Se les pedía a las personas preparar comidas que no aprovechaban los productos locales, por lo que diseñamos un programa que revaloriza dichas potencialidades”, recuerda.

Rápidamente Gino entendió que podía hacer un cambio desde ahí, revalorizando el patrimonio alimentario a través de investigación, diseño y desarrollo de productos que realzan la importancia de los territorios, que generan seguridad alimentaria y que se convirtieran en una nueva línea de alimentos comercializables.

Gracias a eso, en 2019 fue elegido profesional del año en impacto social, por la comunidad de ex alumnos de Inacap. Y esa misma experiencia lo llevó a dictar cátedras de patrimonio alimentario en Barcelona, Milán y París; donde tuvo la oportunidad de compartir experiencias con diversas cooperativas de agricultores.

Pero él no se confunde y asegura que su máximo logro es otro: “la aceptación del pueblo pehuenche y sus comunidades. El hecho de que me consideren parte de diferentes actividades y me permitan trabajar con ellos, es algo que agradezco infinitamente y que marcará para siempre mi carrera”, dice.

CONOCER EL TERRITORIO

En sus viajes por la región del Biobío, Gino ha visto carencias que lo han marcado, como es el caso de las zonas altas y cordilleranas. Le preocupa el desabastecimiento que se produce cuando se cortan los caminos en invierno. “Hay falencias asociadas a políticas públicas, sobre todo, en temas como asegurar alimentos para toda la población”.

Por su experiencia es crítico y afirma que hay mucho que aportar en distintos ámbitos. “Hay sectores como campamentos, tomas y comunidades indígenas que viven la realidad de la injusticia social, sectores donde no existen las condiciones mínimas para un correcto desarrollo de vida, que se enfrentan a no tener agua potable, que no disponen de servicios médicos, donde la conectividad en ocasiones no existe. Son estos desafíos en los que debemos, sin duda, trabajar. Creo que la palabra no debería ser preocuparnos, sino ocuparnos”.

“Si bien los objetivos de desarrollo sostenible de manera transversal tienen la misma importancia y urgencia, somos una región muy afectada en temas de seguridad alimentaria y consumo sostenible. Potenciar las políticas de hambre cero o producción y consumo responsable es de suma urgencia”, asegura.

Lo anterior es lo que lo fue llevando desde la cocina a la acción social y lo hizo convertirse en un conocido impulsor de nuevos emprendimientos. “Principalmente busco apoyar iniciativas donde se pueden lograr técnicas de conservación, que contribuyan a la erradicación del hambre y donde la actividad de cocinar permita generar cambios a nivel de familia, de comunidades y de un territorio. En base a mi experiencia creo que es bueno, como profesionales, conocer nuestro entorno y nuestro territorio. Si conocemos la realidad de la región podemos contribuir a dar soluciones”.

Ese conocimiento para Gino Benedetti es esencial y le interesa que sus alumnos y clientes lo entiendan también. “Biobío tiene una riqueza inmensa tanto en capital humano como en recursos naturales, pero estos muchas veces no son valorados a nivel central. Y es a través de estos donde se pueden generar cambios, donde existan profesionales que sepan de su territorio y contribuyan en él. Donde las materias primas y recursos de la región se aprovechen de mejor manera, fortaleciendo las dinámicas de desarrollo sustentable no solo del territorio, sino que también del país”.

SINERGIA LOCAL

Además de Alto Biobío, a Benedetti le gusta mucho Cocholgüe y cree que tiene una deuda con Isla Mocha para conocerla en profundidad. Cuando habla de sus gustos musicales, se autodefine como “cebollero” y reconoce que le gusta cocinar escuchando Joaquín Sabina. Habla, sin problema, de sus sentimientos y dice que lo más le gusta cocinar es esa comida que genera recuerdos. En esa misma línea, cuenta que se emociona con la desigualdad y la falta de accesos u oportunidades en algunos segmentos de la región.

Con esa personalidad, Gino encontró en RedBíos una instancia de trabajo para poder seguir contribuyendo a disminuir las brechas sociales que diagnosticó en sus viajes por la región. “Me gustó ser parte de un grupo que contribuye a dar solución a las problemáticas y ODS que tributaban a nuestra región, desde una mirada local, transversal e interdisciplinaria. En este tipo de programas uno además de recibir conocimientos tiene que aportar y se generó una dinámica súper nutritiva para todos, con miradas distintas para solucionar un problema”.

La diversidad de perfiles y visiones es algo que el cocinero destaca. Agradece que el grupo pudiera debatir y dialogar para buscar propuestas y soluciones a los desafíos locales y globales. “pienso que la proactividad es la que nos marca, lo que permite fortalecer los ecosistemas donde nos desenvolvemos, pero esto sin duda alguna con un solo fin: hacer de este mundo uno mejor, es por eso que yo siempre digo que es muy importante la consciencia presente, donde a través de nuestras acciones podemos generar un cambio positivo en nuestro entorno, no pensando en uno sino que en el grupo social o humano en el que nos movemos pensando siempre en un futuro mejor y en las generaciones que vienen».

Asimismo, el docente también recalca la importancia de la red de agentes de cambio formada al alero de RedBíos. “Creo firmemente en la red de Agentes de Cambio y en cada uno de sus integrantes. Existe un gran capital humano e interdisciplinario que se fortalece día a día gracias a la Facultad de Diseño de la UDD, con una alianza estratégica que permite dar soluciones sostenibles y sustentables a la región, y que, de manera significativa, contribuirá en las diferentes problemáticas y desafíos que enfrentamos en el territorio”.

Pensando en el futuro, Gino cree que la red de agentes de cambio debe consolidar socios estratégicos territoriales, que permitan y ayuden a desarrollar dinámicas y políticas de desarrollo sustentable. “Imagino la región, sentado junto a mi compañera de vida mirando el mar, con cada vez menos desafíos. Una región sin desigualdad social, un territorio donde se valore la sabiduría ancestral de nuestros pueblos originarios, donde la alimentación esté asegurada para todos los seres que habitan en ella. La región del 2050 tiene que ser sin contaminación, con energías renovables y sustentables, con productos y servicios que contribuyan a que seamos felices, con mejor calidad de vida, y ¿por qué no?: sintiendo orgullo por todo lo que hemos logrado”.

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