El ingeniero aeroespacial ha tenido una destacada carrera vinculada a la innovación y recomienda fortalecerla en Biobío, destinando mayores recursos y mejores políticas públicas que apoyen al capital humano y social que hay en la región.
Trabaja como ingeniero de innovación en la Compañía Siderúrgica Huachipato, gestionando el portafolio de proyectos de innovación, vinculando a la empresa con centros de conocimiento y explorando alternativas tecnológicas para nuevas ofertas de servicios y productos.
Matías Ríos tiene 36 años y una larga carrera innovando. Apenas terminó sus estudios de ingeniería civil aeroespacial formó dos empresas de base tecnológica: Cernícalo, una empresa de drones; y Lázaro, de productos enfocados en personas en situación de discapacidad; y durante cinco años estuvo gestionando equipos y asistencia técnica a Pymes manufactureras de Ñuble y Biobío. Así recorrió ambas regiones y se enamoró de Vegas de Itata, un lugar donde confluyen el mar, las dunas de la playa y el río del mismo nombre.
Dice que ese lugar lo conmueve, por la calma que entrega, pero también recorriendo esos parajes se dio cuenta de las enormes desigualdades y efectos de la acción humana “en territorios que están lejos de los focos de los medios de comunicación de masas”. Por eso también creó, junto a un socio, la Fundación Ciclo Rural, que trabaja temáticas de agua potable rural y economía circular en territorios del sur de Chile.
Si bien, las dos empresas no prosperaron, Matías tuvo tremendos aprendizajes gracias a ellas: “La de drones no funcionó como negocio, pero me dejó en claro que las capacidades técnicas con las que cuento son más que suficientes para cambiar la vida de miles de personas”, recuerda. Y sobre Lázaro, agrega: “Cada vez que entregábamos un sistema a un usuario de sillas de ruedas, transitábamos con cada uno de ellos el proceso de alegría hacia su autonomía”.
Para Matías Ríos, un agente de cambio es un facilitador de procesos de cambio social, con alta motivación y responsabilidad por el presente y futuro de la existencia. Sus primeros referentes en ese ámbito son su familia: su mamá, papá y Paulina, su pareja. “Me inspiran para hacer las cosas que hago, cómo las hago y a qué dedico tiempo”.
Le interesa impactar positivamente en la sociedad. “El cambio de nuestras sociedades no es un lugar estático, es el camino, y en ese sentido tengo confianza en que miles de personas de las generaciones que están accediendo al poder quieren recorrer dicho camino”, afirma.
Desde su perspectiva, el agua, los residuos y la desigualdad son los desafíos más apremiantes en Biobío y deben trabajarse de manera sistemática y eficaz. “Sin embargo, como aún no golpean de manera categórica al Gran Concepción, pareciera que no es un problema. Especialmente crítica es la situación de los sectores rurales, léase cualquier habitante que viva fuera de los límites urbanos. Asimismo, los desechos son un tema enorme en el Gran Concepción, y la contaminación de los acuíferos, como también de los limitados entornos naturales por estos mismos desechos”.
Otro de los problemas que Matías diagnostica es la desigualdad en la región. “Se evidencia en acceso a servicios básicos (consumos básicos, educación, salud, cultura), pero que tiene raíz en la desigualdad de ingresos (ampliamente estudiada) y aún más en la desigualdad de patrimonio (no muy conversada). Esta misma desigualdad se observa entre provincias, como también entre territorios rurales y urbanos”, comenta.
Pero también ve algunas fortalezas en el Biobío: “Las personas que habitan la región y la perspectiva de que las soluciones deben ser generadas y lideradas desde nuestro territorio. Sumado a lo anterior, la enorme diversidad de espacios de desarrollo humano; sea industrial, agrícola, creativo, universitario o turístico. Y, finalmente, la gran cantidad de oportunidades para llevar a cabo el desarrollo sostenible, especialmente relacionadas con ciudades, conjuntos industriales y espacios rurales”.
Bajo esa perspectiva cree que la principal amenaza a que la región alcance un desarrollo sostenible es la falta de compromiso efectivo de los actores clave, “sea por desidia, interés económico o simple ignorancia. Y con actores clave, me refiero a aquellos que están actualmente en posiciones de poder, y de aquellos que están en el camino de las posiciones de poder, que para alcanzarlas, justamente se enfrentan a interpretar el desarrollo sostenible más como un slogan de marketing que como un requerimiento de subsistencia”.
Cuando le preguntan en qué trabaja, Matías responde que en innovación, diseño de productos y servicios, sostenibilidad, políticas públicas de desarrollo productivo, vinculación entre arte y manufactura.
Por ello, tiene varias ideas para que el país se haga cargo de sus potencialidades y pueda crecer en la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la ONU. “Es fundamental considerar al diseño, y la diferenciación de las ofertas de valor para aportar a la innovación sostenible. En este sentido es importante darnos cuenta que, por las características naturales y demográficas de nuestro país, debemos apuntar a producción altamente diferenciadas, no competir por volumen y preservar aquello que nos permite desarrollar todas las acciones humanas: el medio ambiente”, comenta.
Para Matías, lo anterior es de gran importancia porque nuestra experiencia vital y nuestra identidad están definidas por el medio ambiente en el que habitamos. “En este sentido, hacernos cargo de los ODS no es un objetivo más, si no que se trata de dar continuidad a nuestra vida en el planeta de manera equilibrada. Por lo anterior, nuestra reflexión debiera priorizar los ODS, avanzar en ellos, y luego identificar cómo hacerlo para generar circuitos productivos que sean coherentes con estos objetivos, y no pedirle a la economía y sus óptimos – falaces – que resuelvan el problema que ha sido resultado de su actuar desmesurado, al nivel de que los dogmas económicos sean seguidos como decálogos inamovibles”.
Otro de los puntos que Matías considera clave trabajar es en el proceso de otorgar más poder a las regiones para que tomen sus propias decisiones y para ello, cree que es importante que todos participen: “Necesitamos que la sociedad civil se involucre en los procesos de descentralización. No solamente las autoridades que están en el gobierno, sino también las personas que ocupamos distintos espacios no tenemos que callar la importancia de ir descentralizando las políticas públicas”.
Asimismo, el ingeniero aeroespacial cree que esa descentralización debe ir en la línea de fomentar la aparición de pymes vinculadas a la innovación para que varias de ellas crezcan sosteniblemente. “Generando las condiciones es más factible que ocurran estos milagros. Si no, van a seguir siendo chispazos que ocurren una sola vez. Mi perspectiva es que debemos apuntar a una innovación y tejido pyme más similar a lo que ocurre en Alemania que a lo que ocurre en Estados Unidos. Tenemos que fortalecer el tejido de muchos emprendedores tecnológicos, que les vaya bien, pero que no necesariamente tengan que ser Apple”, afirma.
Luego de abordar los desafíos de la región, Matías Ríos se permite soñar y no escatima en ello: “me gustaría viajar a otro planeta”, dice. Pero sus reflexiones siempre vienen acompañadas de realidad: “Me imagino a la región del Biobío en el 2050 como un espacio dedicado a producciones de alta tecnología y baja producción, con un lugar enorme para la creación artística, incorporando la diversidad cultural como una fortaleza del territorio, y con habitantes viviendo de manera digna y propiciando momentos de felicidad más largos que los de aflicción, un refugio para la vida”.
Destaca siempre la importancia de la vida digna, de la felicidad que alcanza para todos. Por eso al referirse a RedBíos señala que le gustó “la oportunidad de trabajar con equipos diversos en la resolución de problemáticas urgentes y atingentes a nuestro territorio, desde una perspectiva sostenible e innovadora. Ha sido una experiencia altamente enriquecedora, escuchar perspectivas, y en específico trabajar por objetivos comunes y que nos motivan profundamente”.
Por lo mismo, no dudó en formar parte de la directiva de la Red de Agentes de Cambio RedBíos UDD y desde ahí acaba de asumir el liderazgo del comité de Gestión Estratégica de los proyectos gestados en el Diplomado de Diseño e Innovación Sostenible de RedBíos, apostando por la generación conjunta de proyectos que puedan emerger entre los agentes y las diversas organizaciones, disciplinas, experiencias y expertices que representan.
Sobre el futuro de la red, Matías deja una última sugerencia: “que trabaje como un think and do tank en el sentido de no dejar de pensar en los fenómenos que ocurren, y generar espacios para la reflexión, pero a la vez con un brazo táctico que ejerza acciones de alto impacto en los territorios, para lo cual es vital desarrollar alianzas, en especial con aquellos territorios que están normalmente fuera de la órbita del Gran Concepción, y es donde más se requiere apoyo”.